miércoles, 6 de noviembre de 2013

Leyenda de la calle del Amparo


La calle del Amparo comienza en la calle de la Esgrima y terminando en Ronda de Valencia.


Hay varias leyendas y tradiciones entrelazadas para explicar el origen de los nombres que ha tenido la calle.


Nos situamos en el corazón del siglo XVII.



En aquella época, algunos andaluces, al igual que a mediados de siglo XX, tuvieron que emigrar a las grandes ciudades.


A Madrid vino a parar una joven comadrona de Granada, que ayudaba a las mujeres que estaban de parto a tener a sus bebés en buenas condiciones.


Vivía en lo que hoy es el barrio de Lavapiés, y era conocida en toda la zona como “la comadre de Granada”, pero cuyo verdadero nombre era el de Amparo.


 Amparo era un mujer sencilla y humilde. Cada vez que acudía a un parto, ponía en un cazo agua caliente con un capullo de rosa, el cual se iba abriendo a la par que el bebé nacía.


De ahí vino el primer nombre que tuvo la vía, calle de la Rosa.


La comadrona de Granada acudía a la llamada de todos los que la requerían, sin importarle que fuera una pobre mujer sin recursos, o familias de alto linaje y nobleza.


Una vez Amparo fue llamada para cuidar del parto de la mismísima reina y esposa de Felipe IV.


Fue tal la gratitud de los monarcas, que a los tres hijos de la comadrona los hicieron verdaderos favores.


A uno de ellos, de nombre José Ricalde, le dieron la Secretaría de Flandes.


Al segundo hijo, que se llamaba D. Juan, le concedieron el cargo de ayudante de cámara en el Palacio Real.


El tercero era un bala perdida, y le perdonaron multitud de cargos.


 En honor a la comadrona de Granada, la calle recibió su nombre, y es por ello por lo que la leyenda cuenta que hoy la conocemos como calle del Amparo.


Pero hay más datos. Nuestra comadrona era granadina, y se hizo famosa en Madrid cuando asistió en el parto a una dama llamada doña Guiomar de Mendoza, que fue célebre durante el reinado de Felipe IV.

Así que la calle de la Rosa empezó a conocerse como calle de la Comadre de Granada y es así como figura en los planos de Texeira y Espinosa.


El nombre subsistió hasta la gran reforma en la rotulación de las calles que llevó a cabo en 1834 el marqués viudo de Pontejos; desde entonces sólo se denominó de la Comadre. 

Y en 1878 adquirió el nombre actual, calle del Amparo. 

Para algunos, esto se debe a que ese era el nombre de la comadrona, para otros a que la mujer era un amparo para los vecinos del barrio.

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