Lo confieso, no soy nada practicante de la Casa de Campo. No sé si es por su (casi) infinito tamaño, si porque siempre creo que me pilla demasiado lejos, el caso es que he ido contadísimas veces y creo que es una relación de desapego bastante generalizada en Madrid. Tengo la impresión de que se ha quedado relegado a un espacio para ciclistas, runners y demás amantes del deporte y la naturaleza. ¿Vosotros también lo pensáis?
La Casa de Campo es un espacio que la mayoría sabe que está ahí, así que lo va relegando en su lista de visitas hasta quedar olvidado. Un pequeño abandono que no tiene nada que ver con el dato que puede conocer hace unos días y que me dejó totalmente impresionado. Para poner un cierto contexto hay que retroceder hasta un día muy concreto del calendario, el 1 de mayo de 1931.
Con la proclamación de la República, muchas de las propiedades y terrenos de la Realeza se fueron otorgando al pueblo, para su disfrute. Es lo que ocurrió con estas 1.800 verdes hectáreas que pasaron de manos de sangre azul al madrileño de pie tras la pertinente firma de documentos. Un momento histórico que retrata esta fotografía.
Aquel primero de mayo de 1931, el ministro Indalecio Prieto entregaba al pueblo de Madrid la Casa de Campo. Un momento que muchos habitantes de la Villa estaban deseando tiempo atrás, para poder disfrutar y sentir como propio un lugar que hasta entonces les resultaba inaccesible. Los madrileños acudieron en masa a conocer el nuevo parque de Madrid ¿Sabéis cuántas personas visitaron la Casa de Campo en su primer día como espacio público? ¡Más de 300.000! Prácticamente toda la población actual de una ciudad como Valladolid.Impresionante, sí que parece que tenían ganas de conocerla…
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