domingo, 28 de abril de 2019

Plaza de la Armería



La plaza de la Armería es una plaza de Madrid que se encuentra entre la Catedral de la Almudena y la fachada sur del Palacio Real. Fue diseñada por Narciso Pascual y Colomer con la colaboración de Enrique María Repullés y Vargas y las obras finalizaron en 1892.

En la época del Real Alcázar en este lugar solamente existía una explanada conocida como Plaza del Palacio hasta que en el siglo XVII se construye un arco conocido como Arco de Palacio y la plaza también pasa a llamarse Plaza del Arco de Palacio. Este arco existió hasta el último tercio del siglo XIX. En el lugar que ocupa la plaza también estuvieron en el pasado las calles de Malpica, Santa Ana la Vieja, la de Pumar, la Plaza de Caballerizas y de Palacio las Plazuelas de los Pajes y del Postigo.

Tras el incendio de la arquería del ala sur de la Plaza (en la que se encontraban las Caballerizas Reales y la Real Armería) y el posterior derribo de sus restos, se encargó el nuevo cerramiento de este recinto a Narciso Pascual y Colomer. La ejecución se produjo finalmente en 1892, según un nuevo proyecto del arquitecto Enrique María Repullés y Vargas.

Se muestra la fachada Sur del Palacio Real con un gran reloj y dos mástiles, uno donde ondea la bandera de España y el otro para colocar el estandarte real cuando el monarca se encuentra en Palacio. Existe una reja que divide esta plaza para evitar el acceso del público a lo que viene a constituir un patio exterior del propio Palacio. Ese patio creado da a una serie de aposentos y despachos y también se encuentra la Real Armería, que es uno de los museos de armas más grandes de Europa.

En la plaza tiene lugar la ceremonia del cambio de guardia de la Guardia Real el primer miércoles de cada mes a las doce en punto.



viernes, 19 de abril de 2019

El Laurel de Baco



La Fábrica de Cervezas El Laurel de Baco era una cervecería de Madrid ubicada en el barrio de Arguelles. La factoría producía además otras bebidas como gaseosas, vermouts, licores, aguardientes y hielo en barras. La fábrica se construyó en el año 1895 y se encontraba en la antigua plaza de la Moncloa nº6 (cercano a la perfumería Gal), en la actualidad en el cruce de la calle de Arcipreste de Hita con Fernando el Católico. 

Durante la Guerra Civil tuvo que trasladar la factoría a la calle del Marqués de Riscal junto al Paseo de la Castellana debido a la cercanía con el frente de batalla en Moncloa.​ La fábrica estuvo funcionando hasta los años sesenta que fue derribada. La marca fue adquirida en 1967 por la empresa navarra de cervezas: La Estrella Azul.

El edificio principal a cargo del arquitecto Ginés Moreno fue construido en 1898 se diseñó para la elaboración de diversas bebidas, entre ellas cerveza. Tal y como era costumbre en la época la factoría contaba con merendero y bar anexo. Cuando la demanda creció en Madrid a comienzos de siglo, la fábrica abrió otra sucursal de venta en el barrio de Arguelles (en frente al bario de Pozas). A comienzos de siglo el panorama de cerveceras en Madrid era de cuatro empresas: La Deliciosa, Mahou (en la vecina la calle de Amaniel), Santa Bárbara, a las que se une posteriormente Cerveza El Aguila. Durante la Guerra Civil la fábrica y la sucursal tuvieron que trasladarse a la calle del Marqués de Riscal. 

Finalmente, tras el conflicto, y en periodo de post-guerra se volvió a instalar en Moncloa.​El solar de la vieja factoría de Moncloa fue empleado para edificar el conjunto residencial INUSA.​ La marca fue adquirida en 1967 por la empresa navarra de cervezas: La Estrella Azul.

La marca estuvo vigente en los últimos años de la dictadura de Franco. La tradición popular madrileña tenía en mente la fábrica de Moncloa cuando se erigió el Arco de la Victoria, pasando a denominar jocosamente la marca como el "Laurel de Paco"



domingo, 14 de abril de 2019

Glorieta de Embajadores



La glorieta de Embajadores es una plaza en el barrio del mismo nombre, del distrito de Arganzuela de Madrid. Confluyen en ella las Las Rondas de Valencia y la de Toledo, la calle de Embajadores, el paseo de las Acacias y la calle de Miguel Servet. Sirve de marco a edificios e instituciones como el Casino de la Reina (en cuyo perímetro estuvo la Facultad de Veterinaria, luego sede del Instituto de Bachillerato Cervantes) y la antigua fábrica de Tabacos. 

La plaza toma su nombre del portillo de Embajadores desaparecido en 1868, cuando se derriba la Cerca de Felipe IV.​ La Línea 3 del Metro de Madrid tiene en ella su estación de Embajadores.

Informa el cronista Pedro de Répide que antes de derribarse el portillo de la cerca de Felipe IV y procederse a rellenar el barranco que allí servía de defensa, se encontraba en este paraje un poblado denominado La Llorosa,​ Cuenta también que en el primer cuarto del siglo XIX existía un soberbio almez rodeado de un banco circular, similar a los que en otros lugares de España se usaron como dosel vegetal bajo el que se impartía justicia. 

Mejor documentada está la Casa de Baños que en sucesivas instalaciones tuvo número en la glorieta.​ La más antigua se levantó entre 1920 y 1930. Fue cerrada en 1989 y su reforma se extendió hasta 1991, esfuerzo en vano pues el edificio fue totalmente demolido en 2001 para construir la nueva Casa de Baños de la Glorieta de Embajadores, de tres plantas y ático, con una superficie de 1.070 metros cuadrados.

Recién estallada la guerra civil española, el 9 de agosto de 1936 se abrió el primer tramo de la línea 3 entre las estaciones de Sol y Embajadores. 

 De 2003 a 2006 se llevó a cabo una reforma integral de la línea 3, lo que afectó a la estación de Embajadores, que ha ampliado sus andenes 30 metros, con una reforma considerable del vestíbulo de acceso a los servicios de Metro y Cercanías situado bajo la Glorieta de Embajadores, la instalación de ascensores y un nuevo acceso, en forma de templete, en la glorieta.

También se abrió en esta glorieta el primer establecimiento de los almacenes SIMAGO, en febrero de 1960.



martes, 9 de abril de 2019

Primer ascensor



El ascensor que acabó con la diferencia entre ricos y pobres en Madrid

Con su llegada a finales del XIX a la capital cambió la preferencia en la adquisición de pisos. Antes, las viviendas bajas eran compradas por los adinerados

La llegada del ascensor en Madrid revolucionó el modo de compra de las viviendas en la capital. El primero aterrizó en 1874 en el número 122 de la calle Mayor, en la casa propiedad del senador Carlos Prats. Así lo recoge la publicación « Diccionario de Madrid», de María Isabel Gea Ortigas.

En 1893 su implantación se extendió al barrio Salamanca, haciendo que desapareciera la segregación vertical y acomodándose en todos los pisos diferente tipología de personas. Antes de su llegada, los pisos bajos eran destinados a los más pudientes. Según eran más altos, costaban menos. Con el tiempo, la contaminación y el ruido se ha hecho que se valoren más los pisos altos, al contrario que en épocas pasadas.