La delimitación del territorio que podemos denominar “los Carabancheles” y su evolución histórica es un asunto fundamental para el estudio de los antiguos pueblos. Los límites del actual distrito de Carabanchel no se corresponden en absoluto con los términos municipales del Bajo y del Alto, que, en líneas generales, incluían también el territorio del actual distrito de Latina y una cuarta parte del de Usera.
En las próximas entradas vamos a analizar este tema estableciendo varias etapas: la de la primitiva unión de los Carabancheles en un mismo municipio (hasta 1843), la de la separación entre el Alto y el Bajo (1843-1948), la de la reunión de todos los territorios de los Carabancheles como barrios de un mismo distrito de Madrid (1948-1971) y la situación actual (desde 1971).
Para explicar cada una de las etapas resultará imprescindible recurrir a la información cartográfica que ofrecen los mapas y planos antiguos. En este primer artículo vamos a tratar de la época en que los Carabancheles formaban un mismo municipio dividido en dos núcleos urbanos.
En las próximas entradas vamos a analizar este tema estableciendo varias etapas: la de la primitiva unión de los Carabancheles en un mismo municipio (hasta 1843), la de la separación entre el Alto y el Bajo (1843-1948), la de la reunión de todos los territorios de los Carabancheles como barrios de un mismo distrito de Madrid (1948-1971) y la situación actual (desde 1971).
Para explicar cada una de las etapas resultará imprescindible recurrir a la información cartográfica que ofrecen los mapas y planos antiguos. En este primer artículo vamos a tratar de la época en que los Carabancheles formaban un mismo municipio dividido en dos núcleos urbanos.
El primitivo Carabanchel junto a la iglesia de la Magdalena
Los primeros documentos donde se hace referencia a Carabanchel han sido fechados a finales del siglo XII. Podemos suponer la ubicación de ese Carabanchel primitivo en torno a la Iglesia de la Magdalena o de la Antigua, cuya primera edificación se remontaba posiblemente al siglo XII. El descubrimiento reciente del llamado pozo de san Isidro en la ermita induce a creer en la legendaria vecindad de San Isidro, un campesino más en las tierras carabancheleras de su señor Iván de Vargas. El hallazgo continuo, desde hace doscientos años, de restos arqueológicos romanos en las inmediaciones de la ermita y de la quinta de los Montijo indica un poblamiento de la zona muy anterior, probablemente ininterrumpido, desde época prerromana. Algunos autores han querido localizar allí el poblado romano de Miacum.
Suso y Yuso, Arriba y Abajo
El Carabanchel primitivo pasó de ser un señorío laico, dependiente de varios nobles, a eclesiástico –dependiente de la catedral de Toledo-; por fin, desde el siglo XV, fue lugar de realengo. Por otro lado, se consideraba como una más de las numerosas aldeas del alfoz de Madrid. Bien entrado el siglo XV, la primitiva aldea carabanchelera quedó despoblada y sus habitantes se distribuyeron en dos nuevos núcleos de población casi equidistantes del templo de la Magdalena y entre sí: Carabanchel de Suso y Carabanchel de Yuso, luego de Arriba y de Abajo.
Aunque de hecho las dos aldeas tuvieron un desarrollo independiente, con sus dos concejos, dos alcaldes y dos edificios parroquiales, ambos Carabancheles mantenían la unidad eclesiástica, con un mismo párroco para las dos parroquias, amén de compartir diversos festejos y tradiciones populares. La iglesia de la Magdalena fue considerada desde entonces como ermita principal de las dos aldeas.
El término municipal también era compartido por las dos aldeas, y se extendía por el norte hasta las orillas del río Manzanares, junto a las puentes Toledana y Segoviana, donde comenzaba el territorio de la ciudad de Madrid.
Al principio, la aldea más poblada y más desarrollada fue la de Carabanchel de Suso, luego de Arriba, aunque seguida de cerca por Carabanchel de Yuso o de Abajo. Entre las dos aldeas y la ermita de la Antigua se ubicó, desde finales del siglo XV, la quinta de los Cárdenas, que a partir del siglo XVIII sería conocida como quinta de los Condes de Miranda.
En el siglo XVIII comenzó el desarrollo industrial de los Carabancheles, de modo muy lento hasta mediados del siglo XIX. También se inició el proceso de conversión de los pueblos en morada de muchos aristócratas madrileños, situación que se prolongaría durante cerca de doscientos años. La creación de la posesión real de Vista Alegre contribuyó de modo decisivo a fortalecer el uso lúdico de los Carabancheles por parte de las clases privilegiadas.
Poco antes de la separación de los dos términos, en el primer tercio del siglo XIX, el espacio urbano de los Carabancheles tan sólo lo formaban los dos cascos del Bajo y del Alto. Aún no se había formado ninguna de las barriadas periféricas. La gran transformación urbanística, económica y social de las localidades llegó después de su separación, como veremos en el próximo artículo.
Bibliografía
· Lasso de la Vega Zamora, Miguel. Quintas de recreo: las casas de campo de la aristocracia alrededor de Madrid. Libro segundo: los Carabancheles.
1ª edición. Madrid:
Ayuntamiento de Madrid, Área de las Artes, 2007.
· Sánchez Molledo, José María. Carabanchel. Un distrito con historia.
1º edición. Madrid:
Junta Municipal de Carabanchel y Ediciones La Librería, 1998.
· Florit, José María. Carabanchel, población romana. Alrededor del mundo,
3 de julio de 1903, nº 213, pp. 1-2.
· El Siglo Futuro, 7 de noviembre de 1935, nº 18.444, pág. 19.
Fuentes
· Hemeroteca Digital de la BNE (http://hemerotecadigital.bne.es/index.vm)
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