sábado, 12 de octubre de 2013

Coplas de San Isidro labrador


San Isidro Labrador 
muerto le llevan en un serón 
el serón era de paja 
muerto le llevan en un caja 
la caja era de pino 
muerto le llevan en un pepino 
el pepino era zocato 
muerto le llevan en un zapato 
el zapato era de viejo 
muerto le llevan en un pellejo 
el pellejo era de aceite 
muerto le llevan a San Vicente 
San Vicente está “cerrao” 
muerto le llevan al otro “lao”. 


 Existe otra versión que acaba de la siguiente manera: ... 

San Vicente está “cerrao” 
con el moño “colorao” 
le agarran de una pata y le tiran al “tejao”.


"Coplas actuales San Isidro"

  San Isidro, luz y fuego, nació en Madrid, y mi labio lo dice aquí, desde luego, no vaya a salir un sabio diciendo que fue gallego! 

 San Isidro, labrador (santo que reza y espera que otros hagan su labor), fue un santo trabajador. (¡Es claro que a su manera!...) 

 De Iván de Vargas al lado, trabajó con el arado, y al cielo elevó sus preces, viviendo, como criado, con Iván... (¡Y van dos veces!) 

 Con la reja labradora trabajó los duros agros, y, de éxtasis, en la hora, realizó muchos milagros... (Aunque se enfade Lafora.)

 Durmiendo, vio el labrador cómo los surcos se abrían solos. Y es que su labor, los ángeles del Señor cual los ángeles la hacían... 

 Con su pértiga pequeña (golpeada por sus manos) agua sacó de una peña, lo cual fue como una seña de los pozos artesianos... 

 Su labor fue santa y pía, como no lo fue otra alguna; y, harto ya de soltería casó con Santa María y vivió en Torrelaguna... 

 Su caridad y saber, en verdad, no fueron bromas; y fue tan sobrio (¡hay que ver!), que en vez de comer palomas, él las daba de comer... 

 Fue de toda caridad un esforzado adalid y, en olor de santidad, murió en aquesta ciudad el patrono de Madrid. 

 Comprendo la admiración que inspira el santo varón; mas no sé por qué sus hijos celebran su devoción con pitos y con botijos... 

 ¡No comprendo qué sencillas relaciones ni motivos pueda haber, lindas chiquillas, entre el santo, las rosquillas, el vino y los "tío-vivos"!... 

 ¡Comprendo que el agua pura que quita la calentura se beba en honor del Santo; pero el tablón, como cura, ya no lo comprendo tanto! 

 No entiendo, querido Arteche, que tal relación se estreche, ni honrar al santo del campo diciendo un quidam, "me zampo cuatro kilos de escabeche!...

" Comprendo que ante la pura, santa y labriega figura, se vendan, aunque con macas, torraos, cacahuets y albahacas, que, al fin, son agricultura. 

 Lo que no puedo entender, por San Isidro, ni en guasa, es que, por tal fiesta ser, vengan a comer, sin tasa, quince días a mi casa, los deudos de mi mujer... (No lo llego a comprender.)



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