viernes, 9 de agosto de 2013

Fiestas de Madrid (San Cayetano)


Las Fiestas de San Cayetano (denominada también popularmente como Verbena de San Cayetano) es una festividad celebrada en las calles cercanas a la parroquia de Iglesia de San Cayetano (Madrid) en honor de San Cayetano de Thiene. 



Son las primeras fiestas de una 'trilogía' (junto con las fiestas de la Paloma y San Lorenzo) que se celebra en el mes de agosto en el barrio de Lavapiés. 



Se celebra el 7 de agosto (fecha del fallecimiento de San Cayetano en Nápoles), pero suele haber celebraciones parciales en los días cercanos, a lo largo de las calles del barrio. Una de las más populares es el engalanamiento de calles y balcones periféricos a la Iglesia. La fiesta se cesó en 1936 cuando la iglesia fue incendiada. 



Poco a poco, tras los años de postguerra se fue iniciando de nuevo sus celebraciones. La verbena nace a finales del siglo XIX en torno a las celebraciones religiosas, y duraba en Madrid tres días, la víspera, el día del Santo y el día después. Llegando a celebrarse en alguna ocasión durante una semana. Esta situación hizo que la fiesta de San Cayetano se fundiera aparentemente con las celebraciones de San Lorenzo. 



Las celebraciones religiosas van perdiendo a finales del siglo protagonismo y recae la fiesta finalmente en las celebraciones de la verbena que se instala a lo largo del eje de la calle Embajadores. Ocupando como centro la parroquia de San Cayetano, la fiesta se celebra a lo largo de la calle de Embajadores como eje, siendo principalmente en la adyacente la calle del Oso, en la plaza de Cascorro (cabecera del Rastro). 



San Cayetano es considerado como el protector de las parturientas. Se suele celebrar en la actualidad con concursos de trajes típicos (goyescos, manolos, chisperos). Los días cercanos a la celebración las calles se adornan con guirnaldas de papel y los balcones con mantones de Manila. 



La iglesia de San Millán y San Cayetano es un templo católico de arquitectura barroca, situado en la calle de Embajadores, número 15, de Madrid (España). 
 La actual iglesia de san Cayetano tiene su origen en la iglesia del Convento de Nuestra Señora del Favor, ya desaparecido. En este lugar existió en su día un oratorio dedicado a san Marcos y a Nuestra Señora del Favor, fundado en 1612 por Diego de Vera y Ordóñez de Villaquián. El lugar de erección del oratorio fue el de unas casas de su propiedad en la calle del Oso. 



Treinta y dos años más tarde, el padre Plácido Mirto funda un Convento de Teatinos en el lugar. La iglesia quedó bajo la advocación de san Cayetano de Thiene, fundador de la orden teatina. En 1822, durante el trienio liberal, se decreta por parte del Gobierno el traslado de los teatinos a un convento de Zaragoza, quedando totalmente abandonado el edificio, el cual y de una manera provisional fue cedido a los frailes franciscanos de San Gil, llamados popularmente gilitos, mientras se reconstruía su convento, destruido durante la ocupación francesa. 



En 1836 y debido a la desamortización de Mendizábal, el propio convento pasa a a ser destinado a viviendas, quedando sólo la iglesia original destinada a servicios religiosos. En 1869 se produce el traslado de la sede de la derribada parroquia de San Millán Abad, sita en la plaza de la Cebada, a esta iglesia, creándose así la iglesia parroquial de san Millán y san Cayetano. La iglesia resultó incendiada con latas de gasolina el 19 de julio de 1936, cuando la sublevación en Madrid aún no había sido sofocada. Solo quedó en pie la fachada, gracias a las labores de mantenimiento que realizó Fernando Chueca Goitia durante la guerra. 



En 1960 una comisión de eclesiásticos y laicos que, entre otros, integraba la duquesa de Alba, aprueba la reconstrucción del templo, reabierto al culto el 6 de agosto de 1962. En 1980 el templo fue declarado Bien de Interés Cultural  con la categoría de Monumento Histórico-Artístico Nacional. 



La iglesia comienza a construirse en el año 1669 por el arquitecto Marcos López. Las obras son probablemente continuadas por José de Churriguera y Pedro de Ribera. Sin embargo, el templo no fue terminado hasta 1761, a cargo del arquitecto Francisco de Moradillo. La fachada, levantada por Moradillo, fue construida en granito, componiéndose de ocho robustas pilastras rematadas con capiteles de orden compuesto. Las pilastras de los dos extremos encuadran las dos torres y entre las cuatro del centro se disponen tres arcos de acceso de medio punto. Sobre los arcos de la fachada se colocaron en hornacinas ricamente decoradas las estatuas de san Cayetano, de Nuestra Señora del Favor, y de san Andrés Avelino, realizadas en piedra por Pedro Alonso de los Ríos. 



La planta es de cruz griega, constando de tres naves y cuatro capillas cerradas con sus correspondientes cúpulas, más una gran cúpula central de tambor sobre pechinas. El interior perdió la práctica totalidad de las obras de arte que conservaba en el incendio de la Guerra Civil, incluyendo el retablo mayor. 



El actual imita modelos barrocos, con copias de cuadros famosos del Museo del Prado. La desnudez decorativa resalta la calidad de los detalles (ménsulas, pilastras, cornisas), y el enlucido claro dota al interior de una intensa luminosidad. En una de las capillas, bajo una sencilla lápida, se encuentra la sepultura de Pedro de Ribera, el arquitecto principal del edificio, que vivía en la casa frontera con la iglesia y fue feligrés de la misma toda su vida.




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