domingo, 25 de febrero de 2018

Palacio de Liria


El Palacio de Liria es una residencia perteneciente a la Casa de Alba diseñado por el arquitecto francés Louis Guilbert y se encargó de las obras Ventura Rodríguez.


El Palacio de Liria es una residencia perteneciente a la Casa de Alba, y construido prácticamente anexo al Cuartel de Conde-Duque. Se construyó para el Duque de Berwick y Liria, Jacobo Fitz-James Stuart y Colón, hijo ilegítimo de Jacobo II de Inglaterra. El proyecto fue encargado en principio al arquitecto francés Louis Guilbert, supervisado por el marqués de San Leocadio, hermano del duque, que vivía en París. 

El duque dio instrucciones claras y concisas a Guilbert sobre la obra, pues el egregio personaje deseaba que su residencia se erigiese en el sitio más sano y saludable de la ciudad. El astuto arquitecto francés, para conocer el sitio ideal para su patrón, colocó varias tiras de carne de ternera al aire libre, repartidas por toda la ciudad. Semanas después comprobó cuál tenía mejor aspecto. El trozo menos corrompido lo encontró al final de la Calle de los Afligidos (actual Calle Princesa), puesto que los aires procedentes de la sierra limpiaban de forma especial la zona. En consecuencia, éste fue el lugar elegido para levantar el futuro Palacio de Liria.

La obra fue acometida prácticamente en paralelo con el Palacio Real. Los dos grandes poderes del reino competían en fastuosidad. Finalmente se encargó de las obras Ventura Rodríguez. Sabatini, que se encargaba por aquel tiempo del Palacio Real, ayudó al arquitecto madrileño. De planta rectangular, los salones más importantes del edificio se alinean junto a sus enormes fachadas, rematadas con un entablamento de orden jónico. 

La fachada principal tiene un zócalo almohadillado. Sus columnas y pilastras toscanas protegen una planta noble de dos pisos, uno integrado por balcones y otro, el superior, por ventanas. Delante de ella, se abre un gran patio, característico de los palacios franceses dieciochescos, con influencia de las tendencias italianas de entonces (representadas por Sabatini), que separa el palacio de la calle Princesa.

La participación en el magnífico proyecto del Palacio de Liria de los dos grandes arquitectos que trabajaban en Madrid durante el reinado de Carlos III, es un indicador de la importancia de la familia promotora de su construcción. Y del propio edificio, destinado a competir con el propio Palacio Real en fastuosidad y lujo.

El palacio fue bombardeado durante la Guerra Civil Española de 1936-39. En concreto el 17 de noviembre de 1936 resultó destruido en gran parte. No olvidemos que el frente estaba a dos pasos. Finalizado el conflicto, el duque D. Jacobo Fitz-James Stuart encomendó los trabajos de reconstrucción al arquitecto británico Edwin Lutyens, quien siguió los planos originales. Se comenzaron en 1948 y finalizaron en 1956, en época de Cayetana, su sucesora al frente del ducado de Alba. Tras la obra, el palacio volvió a adquirir el aspecto original que tuvo cuando se erigió en el siglo XVIII.

La Casa de Alba ha establecido un día a la semana, el viernes, para recorrer el Palacio, visitas repartidas en tres turnos, máximo de 15 personas cada uno. Es necesario solicitar la visita por escrito, guiada por el personal asignado al Palacio. Comienza por el recibidor, continúa por el comedor principal, siempre y cuando la titular y dueña de la vivienda no decida almorzar en su domicilio con algún invitado. El salón de baile está decorado a la moda francesa comme il faut. En una de sus estancias falleció doña Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III.

La biblioteca es impresionante, y cuenta con más de 30.000 volúmenes, guarnecida con maderas nobles, reformada completamente tras la destrucción provocada por el bombardeo. La biblioteca, a pesar de las pérdidas irreparables tras tan luctuoso hecho, guarda todavía obras únicas, como los cuadernos de viaje de Cristóbal Colón.

Entre los fondos pictóricos del fastuoso palacio se encuentran cuadros de Bonifacio de’ Pitati, Giovanni Bellini, Palma el Viejo, Tiziano, Antonio Moro, Velázquez, Rubens, Carlo Maratta, Ingres, pero también gran cantidad de obras de Goya, algunos cuadros de Joshua Reynolds, Renoir o Zuloaga; pasando por piezas extraordinarias de David Teniers el Joven, Ribera, Ruysdael o Rembrandt. También podemos admirar tapices de Gobelinos, de la serie de La Guerra de Troya (s. XV). Posiblemente es la colección privada más valiosa de España.



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