martes, 29 de marzo de 2016

Plaza de la Villa




La Plaza de la Villa está situada en el casco histórico de Madrid (España), junto a la calle Mayor, que conforma su cara septentrional. En ella tienen su origen tres pequeñas calles, correspondientes al primitivo trazado medieval de la ciudad: la del Codo aparece por el este, la del Cordón por el sur y la de Madrid por el oeste.

En su contorno se encuentran las fachadas principales de tres edificios de gran valor histórico-artístico, levantados en diferentes siglos. El más antiguo es la Casa y Torre de los Lujanes (siglo XV), construido en estilo gótico-mudéjar, que se emplaza en la cara oriental de la plaza.

Le siguen en antigüedad la Casa de Cisneros (siglo XVI), un palacio plateresco que cierra la parte meridional del recinto, y la Casa de la Villa (siglo XVII), de estilo barroco, una de las sedes del Ayuntamiento de Madrid, ubicada en la zona occidental de la plaza.

Historia 

La Plaza de la Villa fue uno de los principales núcleos del Madrid medieval, dada su ubicación equidistante entre la puerta de Guadalajara y la de la Vega, dos de los accesos más importantes de la ciudad durante la Edad Media.

Antiguamente era conocida como Plaza de San Salvador, por la iglesia del mismo nombre que se alzaba en la calle Mayor, en cuyo pórtico se realizaban las sesiones del Ayuntamiento, y que en la actualidad es recordada por una lápida que se encuentra en el sitio donde se levantaba el templo (aproximadamente en el número 70 de la citada vía).

En el siglo XV, la Plaza de la Villa adoptó su actual denominación, coincidiendo con la otorgación del título de Noble y Leal Villa recibido por Madrid, de manos del rey Enrique IV de Castilla (1425-1474).

Casa y Torre de los Lujanes


Estos dos edificios, construidos en estilo gótico-mudéjar, son los más antiguos, entre los de carácter civil, que se conservan actualmente en la capital. Su construcción data del siglo XV y su nombre hace referencia a sus primeros propietarios, la familia de los Lujanes, ricos comerciantes de origen aragonés. De este linaje se conservan varios escudos, que aparecen en la portada gótica de la fachada principal.


Según la tradición, en la torre estuvo alojado el rey Francisco I de Francia (1494-1547), hecho prisionero en la batalla de Pavía (1525). Actualmente es la sede de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

Casa de Cisneros 

 Se trata de una casa-palacio, construida en estilo plateresco en el año 1537, a instancias de Benito Jiménez de Cisneros, sobrino del cardenal Cisneros (1436-1517), de quien toma su nombre.

La fachada que da a la Plaza de la Villa fue alzada a principios del siglo XX, cuando el Ayuntamiento de Madrid adquirió la propiedad del palacio y procedió a su reforma para integrarlo dentro de las dependencias de la Casa de la Villa. La remodelación, realizada en consonancia con las trazas originales, corrió a cargo del arquitecto Luis Bellido y González, a quien se debe también el pasadizo que une la Casa de Cisneros con el edificio del Ayuntamiento.


La fachada que da a la calle de Sacramento, que inicialmente era la principal, es la que reúne los mayores valores histórico-artísticos, ya que apenas fue modificada durante las citadas obras de reforma.

Según la tradición, este palacio sirvió de prisión a Antonio Pérez (1540-1611), secretario del rey Felipe II. En él nació el político Álvaro de Figueroa y Torres, conde de Romanones (1863-1950). El general Ramón María Narváez (1800-1868), uno de sus moradores, murió en este lugar.

Casa de la Villa

La llamada Casa de la Villa ocupa el antiguo solar de las casas del Marqués de Vallecerrato, D. Juan de Acuña, Presidente de los Consejos de Hacienda, Indias y Castilla sucesivamente, hasta su muerte en 1615, momento en el que es adquirida por el concejo madrileño que, desde antiguo, se reunía en la frontera iglesia del Salvador, hoy desaparecida. Sin embargo, su acondicionamiento y reforma se prolongó hasta su inauguración en 1692. En esta casa habitaba el Duque de Osuna D. Pedro Girón (1574-1624), cuando en el Jueves Santo de 1621 fue hecho preso por orden del rey.


Antiguo Ayuntamiento de la villa de Madrid (1693-2007). A pesar de las diferentes opiniones, la más fiable parece ser la que indica que su construcción comenzó hacia 1645, a partir de un proyecto del arquitecto Juan Gómez de Mora, y que fue terminada en 1693. La galería de columnas toscanas de la fachada que da a la calle Mayor es obra de Juan de Villanueva (1789).

Es la sede del Ayuntamiento de Madrid, si bien desde el 5 de noviembre de 2007 la Alcaldía de Madrid se trasladó al Palacio de Comunicaciones, quedando este edificio prácticamente en exclusividad como sede del Pleno Municipal.

Monumento a Bazán

Con motivo del tercer centenario de la muerte del marino Don Álvaro de Bazán (1526-1588), en 1888 el Ayuntamiento decidió erigirle un monumento en el centro de la plaza, que no se inauguró hasta el 19 de diciembre de 1891. La estatua de bronce es obra del escultor Mariano Benlliure, instalada sobre un pedestal del arquitecto Miguel Aguado, en cuya cara posterior pueden leerse los versos que Lope de Vega dedicó al homenajeado:

El fiero Turco en Lepanto,
En la Tercera el Francés,
Y en todo mar el Inglés
Tuvieron de verme espanto.
Rey servido y patria honrada
Dirán mejor quién he sido,
Por la cruz de mi apellido
Y con la cruz de mi espada.



Bazán aparece pisando una bandera turca, vestido con media armadura y banda de Capitán General de la Armada sobre su pecho, apoyando la mano izquierda sobre el pomo de su espada y portando en la derecha una bengala de general.


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lunes, 7 de marzo de 2016

Los fantasmas más famosos de Madrid



La historia oficial de Madrid no estaría completa sin todos eso relatos de terror que vagan, de boca en boca, tratando de mantener vivas supuestas leyendas acontecidas en su calles. Ya tenemos a la vuelta de la esquina el paso del 31 de octubre al 1 de noviembre, el momento ideal del año pasar recuperar a los protagonistas de muchos de esos pasajes del terror. Aquí va un listado con algunos de los fantasmas más famosos de Madrid.

Elena

Seguramente uno de los espectros más conocidos de la Villa. Su historia completa podéis leerla aquí pero en resumen os diré que Elena apareció muerta en su vivienda, la Casa de las Siete Chimeneas, en la Plaza del Rey, y lo más misterioso fue la desaparición de su cadáver. Quizás por ello su espíritu se dejaba ver de noche, caminando por la cornisa de este famoso edificio.


Mundita

Otro de los supuestos seres del más allá que más fama acapararon, seguramente por las psicofonías que todos hemos escuchado (aunque luego se demostró que no eran ciertas) del famoso Palacio de Linares. No obstante a pesar de aquellas grabaciones siempre se ha dicho que en aquel lugar ocurrían cosas extrañas ¿Seguirá Mundita haciendo de las suyas?.


Goyito

Detrás de este gracioso nombre se encuentra un fantasma que vive en plena Gran Vía, más concretamente en el número 28, es decir, en el majestuoso Edificio Telefónica. No son pocos los empleados de la compañía que aseguran haber visto a Goyito vagando entre las plantas 9 y 13 de este emblemático edificio. Sin duda, un ser del más allá bastante privilegiado.


Ataulfo

Otro fantasma con nombre propio que, al parecer, habita un lugar muy concreto: El Museo Reina Sofía. En este lugar han sido varios los vigilantes que hablaban de ascensores que se movían solos, alarmas que saltasen sin motivo, voces en salas vacías… Quizás el origen sea la anterior función del edificio, como Hospital General de San Carlos, y las muchas muertes que en él tuvieron lugar. Entre los los 1992 y 1995 se llevaron a cabo numerosas investigaciones para tratar de encontrar una explicación a lo que allí sucedía. ¿Sería Ataulfo el responsable?


La Panderetera

En la Calle Segovia vivió hace ya un tiempo una tal Catalina González, mujer, como casi todas las que protagonizan estos relatos, de enorme belleza. Según ha llegado a nuestros días la buena de Catalina se asomaba por la ventana de su vivienda y lo hacía tocando una pandereta. El sonido del instrumento musical y su hermosura traían locos a los hombres de la zona y levantaba la furia y celos de sus respectivas parejas. Un día apareció muerta, una pérdida lamentada por muchos y celebrada por no pocas. Lo peliagudo fue que después de su fallecimiento, el espectro de Catalina siguió dejándose ver por su ventana, cautivando a más de uno.


El fantasma del Rastro

Uno de los visitantes del más allá más veterano de Madrid se ubicaba en el Rastro. Anónimo y sin una descripción que hable de sus características, algunos decían que era un viejo curtidor de pieles que falleció en un accidente de carreta en la Ribera de Curtidores pero nunca se aclaró su identidad. Lo que sí parece más cierto es la “costumbre” que tenía este espectro de introducirse en las viviendas de la Calle Santa Ana y hacer imposible la vida a sus vecinos, quienes con el paso del tiempo aprendieron a sobrellevar su etérea presencia.


Los demonios del Palacio Real

Ni el Palacio Real ha podido escapar de estas historias paranormales. Tal y como la tradición oral ha mantenido hasta nuestros días, durante las obras de construcción de la residencia regia, entre 1738 y 1764, varios obreros relataron asustados lo que habían visto mientras trabajaban. Al parecer se trataba de dos seres, medio demonios medio espectros, que trepaban por los muros que dan al Campo del Moro. Esta incómoda e inquietante presencia llegó a oídos de Felipe V quien ordenó que algunos vigilantes armados supervisasen los trabajos. Aquella presencia no fue suficiente puesto que los obreros seguían negándose a trabajar, hasta que un sacerdote bendijo al personal y roció con agua bendita las obras.


La Casa de Correos

Un relato similar es el que atañe a la famosa Casa de Correos, en la Puerta del Sol. De nuevo fueron los obreros los que tuvieron que soportar la ira de un “patriótico espectro” que les amenazó con que si seguían trabajando en la construcción del citado inmueble, recibirían la furia de los espíritus. Por lo visto el fantasma no estaba nada de acuerdo con que el elegido para dirigir las obras hubiese sido el francés Marquet en lugar de Ventura Rodríguez. Como en la historia anterior, fue necesaria la intervención de un sacerdote para exorcizar el edificio y que los trabajos se reanudaran.


Duende del Retiro

Vamos a terminar este inquietante post con un ser algo más simpático aunque de procedencia igualmente inexplicable. Me refiero al habitante más esquivo de cuantos rondan por el Parque del Retiro, un pequeño duende que, al parecer, arreglaba y cambiaba el color de las flores del parque cada mañana, para delirio del rey Felipe V.


A partir de ahora, mientra paseáis por Madrid, permaneced con los ojos bien abiertos, quizás no estéis solos en vuestro caminar, puede que alguno estos seres os esté acompañando…


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