Aunque tú seas madrileño de pura cepa, de los que odian la Gran Vía en Navidad y se sabe de memoria los cuadros del Prado de las excursiones del colegio (y no lo ha vuelto a pisar desde entonces), seguro que te has dejado algo por hacer típicamente madrileño y no lo sabías. Así que…aquí te lo recordamos:
Hacerte una foto en la puerta de Alcalá.
Comerte un bocata de calamares en la Plaza Mayor.
Tomar las uvas en la Puerta del Sol.
Ver la puesta de sol desde el templo de Debod (y fotografiarla).
Subir al teleférico.
Comer huevos estrellados en “Casa Lucio” (¡viva el colesterol!).
Comprar antigüedades en el Rastro (aunque no sepas ni para qué sirven).
Montar en las barcas del Retiro.
Descubrir el Palacio de Cristal (por raro que te suene, hay madrileños que no lo conocen).
Recordar que entraste a la Joy Slava…y no saber cómo ni cuándo saliste.
Cenar en el chino del parking de Plaza España.
Ir al Parque Europa (y hacer creer a tus amigos que estás de interrail).
Meterte en la Cibeles o en la Neptuno para celebrar una victoria futbolera.
Ver una película en Callao o Capitol.
Comprar lotería en Doña Manolita (tras dos horas de cola).
Visitar Cortilandia.
Ir a una de las visitas guiadas del Bernabéu.
Tomar algo en la azotea del Círculo de Bellas Artes.
Comprar dulces en “La mallorquina”.
Pedirte una ración de bravas en “Las Bravas”.
Pisar el Km 0 (si te lo encuentras alguna vez sin turistas)
Tener pesadillas después de visitar el Museo de Cera.
Ir a ver el Guernica al Reina Sofia.
Bañarte en la piscina de Casa de Campo.
Recoger caramelos con paraguas en la cabalgata de Reyes.
Acabar la noche de fiesta con unos churros de San Ginés.
Pasear por Serrano y sufrir (porque otra cosa no puedes hacer).
Ir a las Vistillas en San Isidrio.
Visitar el Palacio Real como un turista más.
Ir de cañas a la Latina.
Ir al parque de atracciones y rememorar tu infancia.
Ver el amanecer desde las Tetas de Vallecas.
Ir al zoo y recordar a Chulin.
Comerse una rosquilla de San Isidro.
Quedar en el Oso del Madroño.
Tomarte unos “yayos” en “Casa Camacho”.
Buscar fantasmas en el Palacio de Linares…pero no encontrar ninguno.
Perder a alguien en las rebajas.
Pasar el día en el Escorial.
Subir a la azotea del Ayuntamiento.
Patinar (o al menos, intentarlo) en el Retiro.
Llevar al ligue al parque del Capricho.
Comer cocido madrileño en algún lugar mítico.
Comprar figuritas para el Belén en la Plaza Mayor.
Hacerte una foto con el cartel de Schweppes.
Pegarte una fiesta en Capital.
Hacer footing por Madrid Río.
Colarse en uno de los rascacielos de Begoña y subir hasta la última planta.
Desayunar en el hotel Palace y disfrutar de su cúpula.
Vestirte de chulapo/a.
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